martes, 20 de enero de 2009

La discusión es entre "angel" o "demonio"?

Cuando en 1449 Gutemberg crea la entonces controvertida imprenta, se ganó la controversia y el grito en el cielo de la Iglesia y la Santa Inquisición. Hoy en día las discusiones se dan frente a los posibles "contraefectos" culturales (entre comillas, dado que es mucho más probable que el borramiento de la cultura sea uno de los objetivos principales a los intereses subyacentes a los que manejan los medios) que generarían los nuevos dispositivos de comunicación.
Hemos presenciado discusiones anteriores acerca de la televisión, de la radio, de los comienzos de Internet. Siempre se dijo de estos canales que estupidizaban, quitaban la atención del Padre Libro. Estos medios ganaron su espacio, y forman hoy parte de nuestra vida cotidiana.
Facebook es, como los mencionados anteriormente, lugar de controversia del momento, amados por algunos por permitir el contacto con personas que creíamos perdidos, y demonizado por otros, no permitiendo la ocupación en actividades más fructíferas y culturales que formarían ciudadanos más responsables y críticos (borrando de la historia, por supuesto, aquella época donde no aún no se había creado Facebook y la misma cantidad de ciudadanos y gobernantes eran la misma lacra que soy hoy en día). La realidad es que, en parte, ambas posturas tienen razón. No podemos negar la sensible mejora de la calidad de vida solamente por tener acceso a Internet, su información y sus amplias (pero no infinitas) posibilidades. Sin embargo, sería ingenuo dejar de lado la pérdida de la capacidad de reflexión y de uso del lenguaje que se percibe en nuestro día a día, niño a niño y escuela a escuela. Un pueblo culto sabe lo que necesita. Un pueblo ignorante deja su mando a aquellos que controlan los medios para su propio interés.
Una llamada al equilibrio está en orden: tenemos la posibilidad de utilizar enormes volúmenes de información si se sabe buscarla y, a la vez, debemos controlar nuestro uso y encierro, para salir más a las calles y levantar voz y mano.