domingo, 14 de septiembre de 2008

Suspensión

Las noches entre autores y cocktails suelen tener un deje a culpa, especialmente cuando se trata de obligaciones incumplidas que fueron autoimpuestas. Mientras observo pequeños espacios de estridencia, no puedo de dejar de analizar el ambiente con las propuestas que me tienen atrapado hasta el fin del ciclo, pero lo hago en un estado de suspensión, de entretenimiento. Es una observación, pero con el trago en la mano.
Faltó espacio, movimiento, se nos perdieron cosas que teníamos bajo la manga. La contestación a la fascinación por la moda flogger fue activista y radical, a juzgar por las escenas y el ambiente. La música fue un grito de lucha, una advertencia: "no nos van a colonizar, este es nuestro espacio, nuestra cultura".
Vuelvo nuevamente entonces a las páginas de mis obligaciones, tarde pero con una sonrisa en los labios.