domingo, 14 de septiembre de 2008

Suspensión

Las noches entre autores y cocktails suelen tener un deje a culpa, especialmente cuando se trata de obligaciones incumplidas que fueron autoimpuestas. Mientras observo pequeños espacios de estridencia, no puedo de dejar de analizar el ambiente con las propuestas que me tienen atrapado hasta el fin del ciclo, pero lo hago en un estado de suspensión, de entretenimiento. Es una observación, pero con el trago en la mano.
Faltó espacio, movimiento, se nos perdieron cosas que teníamos bajo la manga. La contestación a la fascinación por la moda flogger fue activista y radical, a juzgar por las escenas y el ambiente. La música fue un grito de lucha, una advertencia: "no nos van a colonizar, este es nuestro espacio, nuestra cultura".
Vuelvo nuevamente entonces a las páginas de mis obligaciones, tarde pero con una sonrisa en los labios.

2 comentarios:

DS dijo...

Obligaciones autoimpuestas... más vale auto que heteroimpuestas, uno creería: debería ahuyentar la queja. Pero no lo hace, por tanto habría que verdaderamente auscultar la cosa para terminar por decir que nunca "impuesta" será auto, que la obligación es siempre un impuesto (¿impuesto a la ganancia de placer?) ("ganancia de placer", siempre con las referencias psicoanalíticas... pues bien, que así sea entonces: auto siempre es autoerótico, entonces puro goce, entonces pulsión de muerte hasta el fin del ciclo, en fin).
"se nos perdieron cosas que teníamos bajo la manga", me gusta, mucho más trágico perder lo que tenemos bajo la manga que lo que tenemos en las manos.
Saludos,
daro

Verox dijo...

El sabado fui a la fiesta ambar de casualidad y me moría al ver tanto flogger suelto.
Era casi como ver hentai, con nenes andróginos agarraditos de la mano. duré como dos horas ahí adentro... todo un record