jueves, 18 de octubre de 2007

Ruido

Si bien el último fin de semana largo fue bastante depresivo, pude encontrar dos personas que me permitieron sacar un poco la cabeza de mis quilombos reales e inventados. Estuvimos recorriendo todo el ruido de Palermo, pasando por la infinidad de personas rodeando el jardín japonés y otros sitios que parecen olvidados incluso en nuestros momentos de mayor tiempo libre. En todos lados se escucha un crisol de lenguas que se pierden entre los bosques y los espacios urbanos.
Caminar hace bien, definitivamente. Acompañado da la oportunidad de charlar y recorrer de formas diferentes los mismos lugares. Escaparse de los mosquitos es un arte que todavía hay que aprender a manejar, pero es importante restarle dramatismo a estas situaciones, para que uno pueda disfrutar de este paisaje desigual, figurativa y literalmente hablando.
Gracias por la oportunidad de este paseo, y por sacarme aunque sea por unas horas de la complejidad autoimpuesta de mi vida. Gracias y hasta pronto.

No hay comentarios: