jueves, 7 de agosto de 2008

Pequeños complejos

El hombre está limitado a su propio conjunto de carne y huesos. Una persona no puede escapar de su piel. Cada centímetro vive con nosotros desde el alfa y hasta el omega. La mayoría de nosotros no conocemos la mayoría del envase, y siempre nos prendamos de aquellas partes que odiamos, y por las cuales constantemente quisiéramos ser otro cuerpo. Pero más aún aquellas imperfecciones, nos muestran nuestra propia belleza, nuestra unicidad. Aceptar nuestro cuerpo es aceptar que no hay otra persona como nosotros. Y tal vez uno sea así por esa misma razón: para apreciar esas diferencias.

1 comentario:

Kordera dijo...

Justamente pensaba en eso hace unos días, muy cierto. Un saludo.